Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La historia del general Sun Tzu (página 2)



Partes: 1, 2

-Las dos copias del "testamento" son exactamente
iguales. Ambas establecen claramente que la propiedad de la
familia era legada al yerno y que ningún extraño
puede tomar parte alguna de ella. -Y entregó a Tian Wu el
"testamento".

Tian Wu lo revisó y dijo:

-Mi querido maestro, está equivocado. Por lo que
veo, el "testamento" dice claramente que la propiedad de la
familia es legada al único hijo, Fushun.

Zhao Youfu estaba totalmente confundido.
¿Cómo pudo ser?

Dentro y fuera de
la jaula

Era el mismo "testamento"; pero ante los ojos del
profesor y su alumno, había dos significados diferentes.
¿Cómo podía ser? La paradoja podría
atribuirse a la falta de puntuación en la escritura
tradicional china. El mismo documento podía tener un
significado diferente si el lector la puntualizaba de manera
diferente. Tian Wu señalaba el "testamento" y leía
al profesor:

"El terrateniente Zhang, que vive al este de la ciudad,
tiene un solo hijo [a quien] por el presente le cede todas sus
propiedades. Su yerno [y] otros no pueden tomar nada."

Al escuchar el "testamento" de la forma en que Tian Wu
lo puntualizó, Zhao sintió que salía de una
bruma espesa. Tomó el papel y lo leyó una y otra
vez. Cada palabra parecía latir y chispear, emitiendo
rayos brillantes.

Mientras tanto, se avecinaban problemas en la corte de
Qi. Las familias importantes, representadas por los Luan, Gao y
Baos, forcejeaban entre sí pues cada una buscaba
incrementar su fuerza y poder. Temeroso de que el
escándalo político lo absorbiera, Tian Ping
renunció y regresó a casa con el pretexto de una
salud enfermiza. Su regreso fue un alivio para la pesada carga de
Fan Yulan, delegándole la responsabilidad absoluta de
educar a su hijo.

No se contrataron más tutores para Tian Wu, quien
a partir de entonces, sería instruido personalmente por su
padre. Los ancianos creían en "enseñar a los hijos
de otro". Tian Ping violó este principio, lo que
provocó un efecto adverso en la relación entre
padre e hijo.

Tian Wu era como un caballo mágico cuya carga,
aunque pesada, no lo podía aplastar. En cuanto su padre
terminaba de estudiar la lección con su hijo y le asignaba
la tarea, siempre salía corriendo a jugar. Tian Ping le
exigió a su hijo lo que su abuelo, Tian Wuyu, le
había exigido a él, que se sentara todo el
día a estudiar con la cabeza inclinada y que memorizara el
estilo literario. Pero Tian Wu era un joven que no podía
controlarse. Rara vez se le veía estudiar. Cuando su padre
enviaba a un sirviente a traer a Tian Wu ante su padre para que
Tian Ping pudiera ver qué tan bien había preparado
sus lecciones su hijo, Tian Wu podía recitar cualquier
cosa con fluidez y contestar preguntas sin dudar. Así que
el único recurso era aumentar la carga, dándole
lecciones nuevas.

La mayoría de los adolescentes son traviesos,
curiosos, de no mucha voluntad y demasiado inclinados a jugar. El
pequeño Tian Wu no era la excepción. Con frecuencia
se le olvidaban las tareas que le había impuesto su padre
y, cuando ocurría, como castigo tenía que
arrodillarse sobre una banca durante horas o le pegaban en las
palmas de las manos con una regla. Uno podría preguntarse
si cuando un padre hace sufrir así a su hijo, no le
remuerde la conciencia. Según algunas personas, esa
crueldad es de hecho una expresión de amor. Su
teoría es que "cuando amas profundamente a una persona, la
odias con la misma intensidad [por sus errores]". Argumentan que
"el acero se puede suavizar los suficiente para enrollarse
alrededor de un dedo", así que debe calentarse y
templarse. Y un viejo precepto respalda este argumento: "Cuando
se cría sin educación a un niño, es culpa
del padre; cuando no se le educa estrictamente, es indolencia del
maestro". Como Tiang Ping era padre y maestro, pensaba que
debía ser estricto con Tiann Wu para templarlo como acero.
Pero, después de todo, los seres humanos no son de metal;
son criaturas con sentimientos. Y la rigidez de Tian Ping
sólo congeló el amor familiar y las relaciones
entre padre e hijo, lo cual convirtió el afecto en
hostilidad.

Fan Ylan había estado esperando el regreso de su
esposo día y noche para ayudarle a criar y educar a su
hijo. Jamás se imaginó que su regreso
convertiría a padre e hijo en enemigos. ¡Cómo
permitir que continuara esa situación! Rápidamente
envió un mensaje a su suegro rogándole que
regresara de inmediato a casa.

Un día después de su regreso, Tian Shu
llevó a cabo una gran ceremonia de sacrificio a sus
ancestros y aprovechó la ocasión para hablar a su
nieto de sus antepasados y la larga historia familiar.

La casa ancestral de la familia de Tian estaba en el
estado de Chen (ahora parte de la zona oriente de la provincia de
Henan). Chen Wan, uno de los ancestros originales de la familia,
era descendiente del duque Wen de Chen. Para escapar de un golpe
de estado en el palacio, huyó a Qi donde el favorablemente
impresionado duque Huan, gobernador de Qi, con su aspecto digno y
lenguaje refinado. El duque le ofreció un puesto
ministerial alto, pero lo rechazó basándose en que
no había hecho nada para merecerlo. Temía que otros
ministros tuvieran celos, así que negó rotundamente
el nombramiento. El duque Huan, incapaz de convencerlo, lo
designó jefe de artesanos. Posteriormente, un pariente
cercano de la familia Qi dio en matrimonio a su hija a Chen Wan.
Después de establecerse en Qi, Chen Wan cambió su
apellido de Chen a Tian. Por tanto una rama de la familia real de
Chen continuó su linaje en Qi, de la línea que
descendía Chen Wan: Chen Wan – Zhimengyi –
Minmengzhuang – Xuwu (Maestro Wen) – Wuyu (Maestro
Huan). Wuyu tuvo tres hijos. El mayor era Wuzikai, el siguiente
Liziqi y el tercero Tian Shu, también llamado
Zizhan.

Cuando el duque Jing de Qi sucedió por primera
vez al trono de Qi, el poder político había
caído en manos de otras familias. Wuyu, o el maestro Huan,
hizo mucho por ayudar a restablecer el poder y prestigio de la
familia del duque. Para recompensarlo por sus servicios, el duque
Jing le regaló tierras en Gaotang y posteriormente la
riqueza y el poder de la familia Tian creció de manera
constante.

La historia del abuelo tuvo un efecto en la mente del
joven Tian Wu. ¡Así que su familia había
producido generaciones de héroes! Ya que era su
descendiente, ¿cómo debía cultivarse para no
defraudar sus esperanzas?

Al día siguiente, Tian Shu llevó a su
nieto al estudio de los Cinco Carros a ver los libros depositados
allí. La parte de adelante del estudio, elegantemente
amueblado, estaba en silencio. Era un lugar excelente para leer,
escribir y aprender. En la parte posterior había un
pequeño edificio de dos pisos llenos de libros. Tian Wu
recorrió el edificio con su abuelo quien, al pasar, le
señalaba los volúmenes en exhibición y le
explicaba de dónde procedían. Confrontado a este
extenso mar de libros, Tian Wu no pudo más que
reprocharse: ¡Tantos libros! ¿Cuántos has
leído? ¿Cuáles escribiste? En el fondo,
decidió ir diario hasta leerlo todos.

Tian Wu de hecho se enamoró de los libros. El
estudio de los Cinco Carros después se convirtió en
su hogar. Nunca salía del lugar. Sin pensar en nada
más, se sumergía día y noche en el extenso
mar de literatura. Se le quitó el hambre, tenía
ojeras y cada vez estaba más delgado. Un joven alegre y
con vida se había vuelto huraño y malhumorado. Su
padre estaba preocupado; la madre, temerosa; la abuela,
desesperada. La bisabuela empezó a regañar a su
hijo Tian Shu, ya mayor de sesenta años. Pero Tian Shu
estaba tranquilo y simplemente se reía. De hecho,
hacía mucho tiempo que había tomado una
decisión. La siguiente primavera se fue de su casa,
llevándose a su querido nieto con él.

Era la temporada de arado de primavera, pero no
había mucha actividad en los campos. Dos o tres campesinos
esparcían semillas por ahí. La mayoría de
ellos eran gente mayor, jóvenes o mujeres. El anciano que
seguía el arado parecía estar pensando en otras
cosas mientras el buey amarillo que lo jalaba llevaba la cabeza
hacia abajo. Al verlo, Tian Shu no pudo más que dejar
escapar un suspiro. El nieto, un tanto perplejo,
preguntó:

-¿Por qué suspiras, abuelo? ¿No te
parece una hermosa escena de primavera?

-Sin duda es un glorioso clima de primavera, una escena
preciosa -Tian Shu respondió. Pero los campesinos
están sujetos a cargas pesadas.

-¿Y cuáles son esas cargas?
-interrumpió Tian Wu.

¡Guerras, guerras criminales! -dijo Tian Shu con
gran indignación-. La guerra se ha llevado la vida de
incontables jóvenes en plenitud. La guerra ha destruido a
millones de familias.

-Si esto es cierto, abuelo, ¿por qué
siempre conduces a los hombres a la guerra? ¿Qué no
es un crimen? -Tian Wu preguntó con los ojos muy abiertos
como si estuviera confundido.

Tian Shu dio un largo suspiro y dijo:

-Todavía eres joven, no lo puedes entender.
Imagina que un lobo feroz mostrándote los colmillos se
abalanzara sobre ti, ¿qué haces? ¿No
harías lo que fuera por matarlo?

-¡Desde luego! -respondió sin dudarlo Tian
Wu-. Si no matas al lobo, te come.

Tian Shu suspiró de alivio:

-Sí, por eso el abuelo tiene que conducir a sus
hombres a la guerra.

Tian Wu aplaudió con sus pequeñas manos y
dijo con alegría:

-Eres genial, abuelo. Trabajas tanto para matar a lobos
todo el año… -de pronto se detuvo y miró
fijamente al anciano al tiempo que le preguntaba-:
¿Nuestro estado también es un lobo malvado que
ataca a estados más pequeños y
débiles?

-Eh… -titubeó Tian Shu. No supo qué
decir. Un joven adolescente había dejado desconcertado al
veterano de cientos de batallas.

Un día, Tian Shu y su nieto llegaron a las costas
del Mar del Norte. Maravillado con esta inmensidad de agua y
enormes olas turbulentas, Tian Shu empezó a platicar a su
nieto historias sobre el mar: su naturaleza, grandeza y
majestuosidad; sus riquezas, méritos y aportaciones a la
humanidad. Barcos pesqueras eran lanzados por las olas como cazos
de cocina, las gaviotas jugueteaban en la blanca espuma, los
petreles de las tormentas se lanzaban a las nubes para dar la
bienvenida al débil rugir del trueno. Tian Wu
escuchó con gran interés y sorpresa, y de vez en
cuando hacía una que otra pregunta. Su abuelo aprovechaba
cada oportunidad para señalar a Tian Wu el valor de los
pescadores, la fortaleza de las gaviotas y el atrevimiento de los
petreles de las tormentas.

De regreso de la playa, los dos vieron ante ellos
interminables tramos de tierra salina alcalina marcados con
chozas con techo de paja. Arriba de cada choza había una
alta chimenea de la que salía humo negro. Alrededor de las
chozas los aldeanos trabajaban con ahínco, aparentemente
muy ocupados. En las playas, bosques y campos blancos, hombres y
mujeres iban y venían en pequeños grupos de dos o
tres. Su piel era negra grasosa, llevaban la ropa deshilachada y
sombreros largos de carrizo, y cargaban cubetas de madera llenas
de agua marina. El abuelo le platicó a Tian Wu que eran
trabajadores dedicados a acarrear el agua de mar para producir
sal. Las grandes utilidades de la producción de sal y la
pesca era una característica principal de la
economía de Qi, un motivo importante de la economía
de Qi, un motivo importante de su fuerza y poderío. Tian
Wu regresó de la excursión con la mente llena de
imágenes vividas de olas inquietas, los agricultores y su
arduo trabajo y las masas llevando con dificultad agua marina
para producir la sal.

Una noche de primavera de 531 a.C., Tian Wu estaba tan
emocionado que difícilmente podía pegar un ojo. Al
día siguiente, su abuelo lo iba a llevar a Linzi, la
capital.

¡Qué ciudad tan grande! De hecho se
componía de una ciudad pequeña y una grande. La
ciudad pequeña o interior se llamaba la ciudad de los
palacios. Ahí vivía y dirigía los asuntos
estatales el gobernante de Qi. Consistía en
espléndidos salones palaciegos construidos en angostas
hileras, como escamas de pez. La ciudad grande o exterior estaba
habitada por los funcionarios, la población y los
comerciantes. La atravesaba amplias y bien conservadas calles
escoltadas a ambos lados por tiendas que exhibían una
variedad infinita de mercancías. Por las largas calles,
carruajes y caballos se movían en interminables columnas y
los peatones caminaban hombro con hombro o entrechocaban. Quien
caminara por las calles, podía escuchar música de
cuerdas y canciones y encontrarse por doquier gente animada. Pero
lo que más impresionó a Tian Wu y llamó su
atención fueron los talleres y las fábricas grandes
y pequeñas como las fundidoras de hierro y cobre, las
moldeadoras de vidrio, los molinos textiles y las tiendas que
hacían artículos con huesos. La fundidora de hierro
más grande estaba en la zona sur de la ciudad. Sus patios
estaban llenos a su capacidad total con pequeños altos
hornos, bodegas de trabajo, carpas y chozas. El mineral de
hierro, piedra caliza y carbón de roble eran transportados
aquí en un río interminable desde las Colinas del
Sur. Los trabajadores mezclaban los ingredientes y el combustible
en las proporciones indicadas y los colocaban en altos hornos,
encendían los hornos y lanzaban explosiones de aire con un
fuelle para aumentar el calor. Los sopladores de los altos
hornos, observadores del horno y trabajadores de entrada y
salida, con el rostro ennegrecido por el humo y fuego,
parecían más demonios que del mundo
terrenal.

Un día a principios de verano, Tian Shu
asistió a un banquete en Le"an por invitación del
magistrado del condado y llevó a su nieto. Le"an estaba a
15 kilómetros al noroeste del pueblo de Tianban. Temprano
en la mañana, todavía a oscuras, una carreta de
cuatro caballos, preparada con una elegancia sencilla,
avanzó con estruendo por la carretera al centro del
condado. Llevaba al abuelo y su nieto a su destino por los
ríos Zishui, Shishui y Xiaoqing.

El que un general importante aceptara ir a Le"an de
hecho era un gran honor para el magistrado del condado, que
estaba maravillado. En una gran ceremonia, le dio la bienvenida a
Tian Shu y su nieto y les ofreció un suntuoso banquete. No
se cansó de elogiar al joven Tian Wu. Después del
banquete, el general y el magistrado se retiraron a la sala para
discutir mientras un sirviente acompañó a Tian Wu a
un viaje por la ciudad. Luego de un rato, un asistente
irrumpió intempestivamente en el cuarto y
balbuceó:

-Oh, señor, ha ocurrido algo
terrible…

El magistrado lo miró fijamente:

-¡Por qué estás tan nervioso!
¡A qué se debe esta impertinencia!

-El amo Tian -dijo el asistente-, cayó…
cayó al río Jishui y
desapareció…

-¡Qué! -exclamaron el general y el
magistrado al unísono. Uno de ellos empujó a un
lado la mesa y se puso de pie de un salto; el otro cayó al
piso.

Las aventuras del
padre y el abuelo

Le"an era una ciudad pequeña y única. El
río Jishui que fluía desde el sur viraba
directamente al este después de llegar a la esquina
suroeste de la ciudad, formando un foso natural al sur. Tian Wu
pasó su infancia a orillas del río Zishui.
Tenía una afición instintiva por el agua y por eso
se había convertido en un hábil nadador. Ese
día en Le"an, se dio cuenta que las aguas del río
Jushui eran muy diferentes a los del Zishui: eran transparentes,
tranquilas y dóciles. Varias veces quiso saltar al agua,
pero su compañero se lo impidió. Nunca
discutió, simplemente seguía su camino. Una vez
perdió el equilibrio y cayó al agua. Dos veces
sacó la cabeza y después desapareció. Varias
personas corrieron a rescatarlo, algunos por la orilla y otros
remaron las lanchas con rapidez siguiendo la corriente. Todos
gritaban histéricos. De pronto, apenas escucharon una voz
joven que decía:

-¡Aquí estoy!

Siguieron la voz hasta llegar a un recodo del río
en el que vieron un sauce marchito con una rama doblada sobre el
agua, y se sentado a horcajadas de este árbol chueco
estaba el amo Tian, salpicando agua con los pies.

Un día entre verano y otoño de ese
año, el duque Jing de Qi y Yan Ying, su ministro en jefe
realizó una revisión militar en la Terraza Baiqin
("Terraza del ciprés durmiente"). Tian Shu estaba al
comando de la revista y le autorizaron llevar a Tian
Wu.

La terraza Baiqin se encontraba a cuatro
kilómetros al este de Le"an. Fue donde el finado duque
Huan de Qi se reunió con los señores feudales, por
lo que también se conocía como "la Terraza del
duque Huan", la cual tenía magníficos salones
palaciegos y templos y elevados pinos y cipreses que
parecían llegar al cielo y borrar el sol. Abajo de la
terraza había un terreno de decenas de hectáreas
para desfiles, donde se llevó a cabo la revista. Carros de
guerra, caballería e infantería formados en cuadros
con un mar de banderas ondeando al aire era un espectáculo
de lo más impresionante y asombroso. Las tropas se
desplazaban al este y oeste, cambiando con rapidez y orden las
formaciones, todas bajo la dirección de una bandera roja
que sostenía Tian Shu. A veces se mezclaban las
divisiones, aunque sin desorden. Cuando llegaban a la tribuna,
los hombres erguían la cabeza y marchaban tan parejos y
majestuosos como las montañas.

-¡Diez mil años! -gritaban al
unísono, sus voces parecían hacer eco en el
universo.

El joven Tian Wu veía el desfile sumamente
emocionado. Estaba orgulloso de ser ciudadano de Qi y más
orgulloso aún de ser nieto de Tian Shu. De vez en cuando
juraba que cuando creciera sería un comandante como su
abuelo y dirigiría a miles de hombres y sus caballos,
desafiando lo peor de la naturaleza en campos de batalla
distantes.

Poco después de la revista militar, Tian Shu
llevó a su nieto a la montaña Yishan y
después a la montaña Taishan para admirar los
maravillosos paisajes.

Yishan se elevaba atrás de la capital del estado
de Zhu (también llamado Zou, ahora condado de Zouxian,
provincia de Shandong). También se conocía como
Dongshan, cuyo significado era "Montaña del Este", donde
había miles de rocas de apariencia extraña que se
extendían interminablemente como estambres. Con frecuencia
la proclamaban como "la maravilla del sur de Taishan".

Tian Shu llevó a su hijo al pico más alto
de la montaña, un ascenso difícil y arriesgado,
pero tenía buenos motivos para hacerlo: expandir la mente
del joven Tian Wu, moldear su temperamento, favorecer sus
intereses, poner a prueba sus capacidades, mejorar sus
habilidades, formar su fuerza de voluntad y ampliar sus
conocimientos.

Había un grupo de rocas conocido como Tigres
Rugientes que parecían tigres feroces rondando por las
profundas hondonadas y densos bosques, como reyes de la
montaña y gobernantes de las bestias. Tian Shu los
señalaba a su nieto e instaba al niño a cultivar
una voluntad férrea con altas aspiraciones de su primera
juventud para que algún día poseyera el poder,
orgullo y grandeza de un tigre.

Vieron una roca cubierta de nieve que parecía una
pequeña cabra arrodillada en el suelo con la cabeza
levantada y el hocico abierto, en espera de ser alimentado por su
madre. Se llamaba la Roca Infantil y Tian Shu explicó a
Tian Wu que incluso las rocas de las montañas
entendían el significado de la piedad filial,
¡cómo los seres humanos no habrían de
respetar a sus padres!

Llegaron a un barranco tan oscuro y sombrío que
simplemente verlo producía temor en los viajeros.
Según la leyenda, ahí fue donde se bañaron
Fuxi y Nuwa, dieron a luz y propagaron la raza humana. Por eso se
conocía como el Barranco de los Padres. Fuxi y Nuwa eran
hermanos y su matrimonio era inmoral de acuerdo con las
costumbres sociales, aunque durante años fueron sumamente
respetados. Así que -Tian Shu le señalaba a su
nieto- el que fuera un hecho correcto o erróneo
debía decidirse en si beneficiaba o perjudicaba a la
humanidad.

El Pico de Pétalo de Loto se elevaba alto como
una flor de loto que emergía por encima del agua. Las
montañas que le rodeaban era el estanque de loto y el
cielo, el agua. El pico se erguía alto y recto,
simbolizando la fortaleza física y moral. "Brota del lodo,
pero no se mancha" es una característica especial del loto
y un ejemplo para los seres humanos.

En la cima de Yishan había un estanque llamado el
Ojo de Yishan, en el que las aguas cristalinas reflejaban el azul
del cielo y el blanco de las nubes. El estanque estaba tan en lo
alto como la montaña misma, quizá más.
Durante su vida, un hombre debía tener el espíritu
del Ojo de Yishan, inmutable ante las elevadas montañas y
sin sentirse intimidado por los caminos rocosos.

Debajo del cielo azul y por encima de las rocas
blanquecinas se erguía un antiguo pino, con sus
raíces arraigadas firmemente en una capa de rocas, su
tronco alto y recto y sus ramas verdes y frondosas, otro ejemplo
de la fortaleza física y la integridad moral.

La Madre e Hijo Cueva, la Madre e Hijo Roca, el
Bebé que Aprende a Caminar en las Rocas, los Hermanos
Roca, las Hermanas Roca y el Marido y la Mujer Roca
contenían lecciones de relaciones humanas que Tian Shu
explicó pacientemente a su nieto: el afecto entre madre e
hijo, el respeto entre hermanos, la devoción entre
hermanas, el amor entre marido y mujer.

El Puente Imaginario estaba formado por tres piedras
enormes entrelazadas y muy juntas. Abajo había un abismo
de kilómetros de profundidad del cual se elevaban nubes y
humo. Era una escena asombrosa a la que no sólo los
valientes se atrevían a acercarse, pero Tian Shu, aunque
ya tenía casi setenta años, tomó a su nieto
de la mano y caminaron de ida y vuelta sobre el puente. Su
intención era fomentar en Tian Wu un valor que
ningún peligro pudiera abrumar.

La Roca Cabeza de Tigre estaba ahí sentado, con
las dos orejas levantadas y el enorme hocico totalmente abierto,
tragándose nubes y neblina. Pocos se atreverían a
acercarse a esa vista temible, pero Tian Shu y su nieto caminaron
directamente y las fauces y se divirtieron sacándole dos
dientes al tigre.

Una escalera al cielo estaba suspendida en el aire,
envuelta por la neblina y oscilándose en el viento. Le
rodeaban pilares de piedra que llegaban al cielo, sin miedo a que
éste se viniera abajo, pues ellos estaban ahí para
evitarlo. Rocas solitarias ocupaban de pie su lugar como
guerreros valientes e impávidos ante los estragos de los
relámpagos y truenos. Una ballena gigante que se
había tragado rocas y partes del cielo y el sol
parecían todavía hambrienta. Todos estos objetos
formados por la naturaleza durante eones simbolizaban los valores
que Tian Shu esperaba ver en Tian Wu; eran modelos a seguir por
su nieto.

La visita a Yishan fomentó en el joven Tian Wu un
fuerte interés por escalar montañas. Para
él, cada roca y colina, arroyo y barranco, pastizal y
árbol estaba ahora lleno de sentimientos y lazos de
amistad, que no sólo ampliaban la visión de los
seres humanos, sino también les brindaban sabiduría
filosófica. Eran maestros y amigos de la humanidad.
Impaciente, ahora urgía a su abuelo para que lo llevara a
la montaña Taishan.

Taishan, de pie como un gigante cerca de las costas
orientales de Shandong, ha sido aclamada durante años como
la primera y principal de las Cinco Montañas Sagradas de
China. En la zona oeste de la montaña hay tres valles
extensos: el Valle del Este, del Centro y del Oeste, a
través de los cuales fluían ríos. Los valles
forman caminos naturales para quienes escalan y el sendero que
cruza el Valle del Centro es el principal del lado este. Tian Shu
llevó a su nieto por este sendero, un sinuoso camino
rocoso cubierto por árboles. Picos los miraban a cada
vuelta; profundos abismos bostezaban peligrosamente en las
cercanías; arroyos y cascadas rugían en la
montaña. Aún así, era una escena de belleza
espectacular, enriquecida por la presencia de un sinfín de
reliquias. En la primera parte de su ascenso, donde el valle
todavía era extenso, los principales rasgos estaban hechos
por el hombre. Luego de pasar los Hombres Zhongtian ("La media
puerta al cielo"), el valle empezó a angostarse, el
ascenso era más empinado y escarpado y las principales
atracciones ahora eran obra de la naturaleza.

Taishan estaba rodeado de peligros y riesgos así
como de lugares de enigmático interés: el Manantial
de la Grulla Blanca donde las grullas vuelan en círculos y
se posaban y las gotas de agua caen en fosos aparentemente sin
fondo; la Cueva Encantada, supuestamente el hogar de las hadas
que ofrecen felicidad y fortuna a los viajeros; la Cumbre de
Regreso del Caballo, donde el viajero debe desmontar, dejar su
caballo y silla de montar e iniciar el riesgoso ascenso a pie; el
Puente que Entra en el Cielo vigila un abismo profundo; el
Barranco de la Roca del Águila con sus enormes piedras que
parecen águilas; el Manantial de Líquido de Jade
cuya agua se dice cura todas las enfermedades; la Roca del
Dragón del Diluvio, cuyas venas representan las escamas de
un dragón; la Espada que Apuñala la Nube que,
según la leyenda, puede atravesar ls nubes para provocar
la lluvia; el Puente que Entra en las Nubes, donde las nubes y
neblina son tan densas que el viajero parece caminar en el aire;
la Cueva que Saluda a la Luz del Día, en cuyo techo se
condensan gotas de rocío que parecen perlas suspendidas,
que después se recolectan en un recipiente llamado "leche
de piedra", una bebida transparente, dulce y refrescante que
puede saciar la sed y el hambre; los Hombres Nantian ("la puerta
sur del cielo"), que es como una torre de jade en el cielo que
aparece y se desvanece constantemente en un mar de nubes y tiene
un sendero alrededor, semejante a la Vía Láctea,
que es una escalera natural.

Luego de pasar los Hombres Nantian, se encuentran las
nubes blancas que secan el sudor, la suave brisa que se lleva con
besos las preocupaciones y la vista se llena de un verdor
celestial, sin olvidar la fatiga. Muchas vistas y escenarios
fantásticos esperan en la cima: la Calle Celestial, el
Pico de Trompa de Elefante, la Cueva de la Nube Blanca, el Pico
de Pantalla Plegada, el Pico de Roca Suspendida, el Risco de
Cabeza de Tigre, el Pico de la Gran Vista, el Pico del Pilar
Celestial, el Pico para Observar el Sol, el Pico para Observar la
Luna, la Roca que Explora el Mar, el Risco de la
Abnegación, el Pico del Caballero. Pero las vistas
más embriagadoras desde la cima de Taishan eran el
amanecer, el atardecer, el cielo azul celeste, mares de nubes y
el Río Amarillo fluyendo como una cinta dorada.

Abuelo y nieto comieron y durmieron esa noche en la
cima. Al día siguiente, en cuando amaneció,
subieron al Pico para Observar el Sol y, bajo un cielo despejado,
miraron a lo lejos hacia el horizonte oriental. Al fondo, los
valles despertaban; los peñascos alrededor
señalaban al amanecer. Los primeros rayos de sol cambiaron
de un gris sombrío a un amarillo brillante y
después a un rojo anaranjado. Pronto el cielo se
llenó de nubes desplazándose de color morado y rojo
que cambiaban constantemente y hacían imaginar diferentes
formas: caballos al galope, toros de lidia, aves fénix en
vuelo, pavo reales que expanden la cola. Las nubes rosadas se
mezclan con la bruma en el horizonte parecían un gran
cuadro suspendido en el aire. Sobre las trémulas olas del
mar, el sol matutino se elevaba lentamente y sus rayos
atravesaban el velo de nubes, levantando la cortina de bruma. En
poco tiempo, todos los picos y peñascos se bañaron
de la gloria del amanecer.

El clima en la cima de Taishan cambia con rapidez. Poco
minutos antes había un brillante cielo soleado. Ahora
soplaba un fuerte viento y se reunían nubes, oscureciendo
los picos y hondonadas de la zona oeste de la montaña.
Sólo a lo largo de la frontera este todavía
brillaba el sol. Abuelo y nieto, agotados, empezaron a caminar
hacia el oeste con la esperanza de encontrar alojamiento. De
pronto escucharon a alguien gritar:

-¡Luz preciosa!

Levantaron la vista y vieron un fabuloso círculo
de luz en el cielo con un listón multicolor colgando del
Pico del León. Contenía todos los colores del arco
iris: rojo, naranja, amarillo, verde, índigo, azul y
violeta. En el círculo estaban un anciano y un muchacho,
las imágenes de Tian Shu y su nieto.

La vista desde Tiashan era como ver un cielo lleno de
estrellas, había demasiado para ver una cosa a la vez.
Además, los dos viajeros estaban tan cansados que apenas
podían caminar y todavía tenían que
descender de la montaña. Llegaron a tropiezos hasta una
posada desvencijada al borde del camino, se tumbaron en una cama
y durmieron todo el día. Despertaron ya en la tarde y el
hambre los obligó a levantarse y pedir de cenar. Una buena
porción de carne y vino los revivió,
sintiéndose frescos y descansados, salieron de la posada a
caminar. Había dejado de llover, el cielo estaba
despejado, el aire era como un tónico y las colinas
alrededor estaban frescas y verdes, como si las hubieran lavado a
conciencia. Los últimos rayos de sol del ocaso atravesaban
las nubes y bruma al oeste en el cielo iluminaban las
montañas y picos cuyos bordes brillaban como oro. Las
nubes también eran un sorprendente derroche de color:
blanco, negro, amarillo, azul, rojo, morado. Sopló una
ráfaga de viento de las montañas y, a su paso, el
brillo del atardecer se sumergió totalmente en un mar de
nubes, creando una escena de embriagante belleza. Mientras tanto,
lejos, al noroeste, más allá de la última
cordillera, el Río Amarillo se angostaba como una cinta
dorada desde el suroeste al noreste, sus ondas centellaban como
una gran número de estrellas. Pronto el sol se
hundió en el horizonte, los dorados bordes de los picos
desaparecieron gradualmente y el rosado ocaso se tornó en
una extensión de nubes llameantes. El horizonte, las nubes
se desplazaban, los picos y las montañas parecían
arder.

 

 

Autor:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

"A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD
DE INFORMACION"®

Monografias.com

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2014.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
SIEMPRE"®

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter